Quintanilla Pedro Abarca
Vista del ábside románico de la iglesia de San Vicente Mártir.
Esta pequeña localidad del municipio de Huérmeces se encuentra cinco kilómetros al suroeste del núcleo cabecero, a orillas del río San Pantaleón (afluente del Úrbel).
El elemento artístico más destacado es, sin duda, la Iglesia de San Vicente Mártir. Es un edificio de una única nave rectangular, con dos capillas cuadradas adosadas a ella. Presenta cabecera románica -de principios del siglo XIII-, formada por un ábside semicircular al que precede el presbiterio. Dos contrafuertes dividen el ábside en tres paños, cada uno con una ventana decorada con capiteles que representan grifos, caballos, machos cabríos y un jabalí junto a un perro. Una cornisa apoyada sobre canecillos (la mayor parte lisos, aunque algunos son figurativos y muestran exhibicionistas o barriles sobre bustos) remata la cabecera.
La portada está formada por un arco de medio punto bajo un sencillo frontón con una hornacina vacía. La torre, de planta rectangular, tiene dos niveles, en el segundo de los cuales se encuentra el campanario, con dos arcos de medio punto. Finalmente, en el interior el elemento más destacado es el retablo mayor, del siglo XVIII.
En medio de un hermoso paraje boscoso -al oeste de la localidad-, junto a una fuente con tres caños, se encuentra la Ermita de Nuestra Señora del Robledillo, también llamada de Santa Isabel. Se trata de una sencilla construcción de planta rectangular levantada en piedra de sillería. El interior se ilumina gracias a varios vanos abiertos a los lados. La entrada está formada por una sencilla puerta bajo un dintel y, sobre ella, se levanta una pequeña espadaña, rematada por una cruz flanqueada por dos pináculos, que alberga la campana. En su interior se encuentran los retablos de Nuestra Señora y San Juan Bautista (ambos del siglo XVIII).
Ermita de Nuestra Señora del Robledillo, ubicada en un bello paraje natural.