Quintanilla Vivar

El municipio de Quintanilla Vivar se sitúa entre la capital burgalesa y la Merindad de Río Ubierna. Está formado por dos entidades de población, Quintanilla-Vivar y Vivar del Cid. Tiene 13 km2 de extensión y cuenta con 782 habitantes, de los que 548 residen en la localidad cabecera y 234 en Vivar del Cid.

Quintanilla-Vivar

Quintanilla-Vivar

Vivar del Cid

Vivar del Cid

Quintanilla Vivar

Detalle del casco urbano de la localidad.

Detalle del casco urbano de la localidad.

Se encuentra al norte de la capital burgalesa, a orillas del río Ubierna. Tiene en su casco urbano varias Casas blasonadas y un Molino harinero que permaneció en funcionamiento hasta 1993. En el Alto de San Pedro, próximo a la localidad, se descubrió una Necrópolismedieval cuya existencia estaría asociada a uno de los barrios de Quintanilla-Morocisla -nombre primitivo de la localidad-.

Su principal exponente artístico es la Iglesia de Santa Eulalia, de estilo gótico aunque con elementos renacentistas -entre ellos la portada- y barrocos. Tiene planta rectangular, torre cuadrada y una única nave con tres tramos, cubierta con bóvedas de crucería nervadas. Tanto el retablo mayor como el de Nuestra Señora son de estilo barroco salomónico, de finales del siglo XVIII.

 
 

Iglesia gótica de Santa Eulalia.

Iglesia gótica de Santa Eulalia.

Vivar del Cid

Monumento al Cid Campeador.

Monumento al Cid Campeador.

Vivar del Cid está bañada por el Ubierna y el Rioseras. Su historia está unida a la figura de Rodrigo Díaz de Vivar (h. 1048-1099), héroe castellano y protagonista del Cantar de Mio Cid (primera obra narrativa extensa de la literatura española en lengua romance). Fue hijo de Diego Laínez, infanzón de Vivar y noble de la Corte de Castilla y se crió junto al futuro Sancho II de Castilla, al que sucedería en el trono su hermano, Alfonso VI. Fue desterrado dos veces, acusado de traición al rey. Conquistó Valencia, ciudad en la que murió. En julio se celebra en Vivar la Semana Cidiana, con actos musicales y lúdicos en los que participan los vecinos ataviados con trajes de época.

Destaca el Convento de Nuestra Señora del Espino, gótico -de finales del siglo XV-. Alberga piezas de extraordinario valor, como el baúl que se custodió el manuscrito del Cantar de Mio Cid y la imagen gótica de Santa Clara, una magnífica talla en madera policromada (de 1251). Su iglesia tiene cabecera poligonal y contrafuertes, pórtico con arco de medio punto y espadaña rematada en frontón.

La Iglesia de San Miguel es de estilo gótico flamígero, con elementos renacentistas y barrocos. Tiene una nave y ábside poligonal -todo con bóveda de crucería,-, portada con arco conopial y un óculo en la parte superior.

Convento de Nuestra Señora del Espino.

Convento de Nuestra Señora del Espino.

Iglesia de San Miguel.

Iglesia de San Miguel.

Además, merece una visita el Monumento al Cid Campeador, conjunto escultórico formado por una estatua en bronce de tamaño natural sobre una lámina de agua, un gran bloque de caliza con la silueta de dos caballeros y un texto alusivo al Cantar de Mio Cid. En sus alrededores hay dos bloques monolíticos que recogen frases del mismo texto. Por otra parte, el Molino del Cidpermite conocer el funcionamiento y los mecanismos que poseían estas construcciones. Por último, el antiguo depósito de agua se adaptó para su uso como Mirador.

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